No podemos negar la naturaleza social de nuestras vidas como seres humanos, buscamos interrelacionarnos unos con otros en cualquier actividad, ya sea del trabajo o del ámbito personal. Nuestra relación se describe como integrantes de un grupo o equipo, en el cual dos o más personas interactúan, son interdependientes y tienen objetivos comunes.
Nuestra manera de comportarnos depende de las costumbres derivadas del entorno social, donde nos desenvolvemos y vamos aprendiendo con el paso de los años desde que somos niños, además, somos dependientes de la naturaleza, por ejemplo, del clima y del ambiente.